Mi Virgen del Pilar

Esta entrada no pensaba publicarla hasta más adelante, pero....¡es que no me aguanto!
Esta galleta es mía. Yo la pensé, no la he copiado de ninguna parte. Yo sentí la necesidad de hacerla, y la inspiración. Yo hice el boceto (a boli, en una esquina del Heraldo de Aragón, cuando estábamos en la playa), yo me corté las manos preparando el molde (lo soldó mi santo marido, porque si no.... creo que me habría quedado sin dedos), mis hijos vivieron la emoción que sentí mientras tomaba la forma definitiva. Fué esta galleta la primera que me hizo estar  "pensando en galletas", porque tenía que pasar de ser una idea en mi cabeza a  ser una galleta en una bolsa. Me encanta ver la cara de la gente cuando tiene esta galleta en las manos. Muchos de ellos no se la comen, la guardan de recuerdo. Pero yo os puedo asegurar, que es una maravilla por fuera y por dentro. Es preciosa y está deliciosa.
Creo que es el resultado de mi gran devoción hacia la Virgen del Pilar convertida en galleta, y refleja el amor y el respeto con el que está hecha. Espero que os guste, porque, por muchas galletas que yo prepare, de distintos motivos y tamaños, aunque todas estén hechas con muchísimo cariño, ésta es y será, sin duda, mi galleta favorita.